«Cuando un hombre no te responde los mensajes, no te llama, no se acuerda de las fechas especiales y, cuando tienen un problema, no tiene la voluntad de arreglar bien las cosas contigo, muchas veces no es porque esté demasiado ocupado o despistado. Es verdad que contestar un mensaje no toma mucho tiempo; una llamada recordando a la otra persona no te quita dos minutos, y en una fecha especial, escribir en un papelito que la amas no te quita 4 minutos. Tomarse el tiempo para estar bien con una persona que amas y con la que convives no tiene precio. Cualquier excusa que dé para justificar una demora probablemente sea eso, una excusa. La realidad detrás de la demora y los olvidos es más simple: simplemente no te considera una prioridad.
Es normal que cuando pasa un rato sin respuesta, y cuando pasa una y otra vez, comiencen a rondar esos pensamientos inquietantes en tu mente: ¿Por qué no me toma en cuenta?, ¿Será que ya no le gusto? Esas preguntas que empiezan a bombardear tu ansiedad y dudas en tu mente te cargan de esa mala energía y de estrés. Pero en vez de ponerte a sobrepensar la situación y preguntarte una y otra vez qué podría significar, lo más sano que puedes hacer es enfocarte en ti misma, porque incluso en esos momentos tienes que ser tu única prioridad.
En lugar de esperar con el corazón en un puño por la respuesta que no llega, la felicitación que no se dio y la nota que nunca se escribió, es importante recordar que tú también eres importante. Si alguien no te demuestra su interés, ¿realmente valdrá la pena preocuparte tanto por esa relación? Responder un mensaje, acordarse de una fecha importante o hacer algo especial para la otra persona no es solo cuestión de comunicación, sino que también revela cómo esa persona valora la conexión contigo.
Si sientes que no te toma en serio, es hora de preguntarte si quieres seguir invirtiendo tu energía en una relación así. Si quieres seguir gastando tiempo que podrías usar para algo que de verdad te sume en la vida, recuerda que tu tiempo y sentimientos tienen un valor enorme, porque el tiempo no te lo devuelve nadie. Si la otra persona no responde como esperas, no te desesperes, no escribas sin parar, no ruegues por su atención. Es importante que le des el espacio para liberarte de toda esa situación y enfocarte en los aspectos de tu vida que realmente te llenen, que te sumen.
Tienes que ser tu propia prioridad siempre; es fundamental que te trates con la misma consideración y con el mismo respeto que esperas de los demás. Permite que esa persona tome sus propias decisiones. Si falta interés y eso persiste, lo mejor es aceptarlo y actuar de la misma manera. No te tortures pensando en qué podrías haber hecho; céntrate en ti misma y en lo que es mejor para ti.
Si sientes que no estás recibiendo el valor y la atención que mereces en esa relación, no tengas miedo de alejarte y buscar lo que realmente te nutre y te hace feliz. Amar a uno mismo incluye reconocer cuando es hora de dejar ir y priorizar tu propia felicidad. No dejes que la falta de reciprocidad afecte tu autoestima. Aférrate a la idea de que eres intensamente valiosa y sigue adelante con la frente en alto. Recuerda que siempre tú tienes el control de tu vida y tus emociones. Si alguien no te responde como esperas, mereces a alguien que te considere importante y te trate con el respeto que te mereces. Concéntrate en llenar tu vida de personas y situaciones que te hagan sentir especial y valiosa. No te conformes con migajas de atención; mereces una relación donde te valoren en tu totalidad.»
 
															