Ciclos menstruales: todo lo que tienes que saber
El ciclo menstrual es el proceso que prepara al cuerpo de la mujer para un posible embarazo cada mes, mediante una serie de cambios hormonales y fisiológicos que afectan al útero y a los ovarios. El ciclo menstrual se inicia con el primer día de la menstruación y termina con el primer día de la siguiente. La duración media del ciclo menstrual es de 28 días, pero puede variar entre 21 y 45 días, dependiendo de cada mujer.
Fases del ciclo menstrual
El ciclo menstrual se puede dividir en cuatro fases principales: folicular, ovulatoria, lútea y menstrual. Cada fase se caracteriza por unos niveles diferentes de hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona) que regulan el desarrollo de los óvulos y el engrosamiento del endometrio (la capa interna del útero).
Fase folicular
La fase folicular comienza con el primer día de la menstruación y dura hasta la ovulación. En esta fase, la hipófisis (una glándula situada en el cerebro) libera la hormona folículo estimulante (FSH), que estimula a los ovarios para que produzcan varios folículos. Los folículos son unas estructuras que contienen los óvulos inmaduros. Uno de estos folículos se convierte en el folículo dominante, que crece más que los demás y libera estrógenos. Los estrógenos hacen que el endometrio se engrose y se vuelva más vascularizado, preparándolo para recibir al óvulo fecundado.
Fase ovulatoria
La fase ovulatoria ocurre alrededor del día 14 del ciclo menstrual, aunque puede variar según la duración del ciclo. En esta fase, la hipófisis libera la hormona luteinizante (LH), que provoca que el folículo dominante se rompa y libere el óvulo maduro. Este óvulo es captado por las trompas de Falopio, donde puede ser fecundado por un espermatozoide. La ovulación es el momento más fértil del ciclo menstrual, ya que el óvulo puede sobrevivir entre 12 y 24 horas después de ser liberado.
Síntomas: En esta fase, algunas mujeres pueden notar un aumento del flujo vaginal, que se vuelve más transparente y elástico (moco cervical). También pueden sentir un dolor leve en uno de los ovarios (mittelschmerz) o un manchado escaso (spotting)
Fase lútea
La fase lútea comienza después de la ovulación y dura hasta el inicio de la siguiente menstruación. En esta fase, el folículo roto se transforma en el cuerpo lúteo, que produce progesterona. La progesterona mantiene el endometrio engrosado y secreta sustancias nutritivas para el posible embrión. Si el óvulo no es fecundado, el cuerpo lúteo se degenera y los niveles de progesterona disminuyen, provocando que el endometrio se desprenda y se produzca la menstruación.
Síntomas: En esta fase, algunas mujeres pueden sufrir síndrome premenstrual (SPM), que se caracteriza por una serie de síntomas físicos y psicológicos que aparecen entre una y dos semanas antes de la menstruación y que interfieren con el funcionamiento normal de la mujer. Algunos de estos síntomas son: dolor abdominal o pélvico intenso, hinchazón severa o aumento de peso, cambios bruscos en el estado de ánimo, alteraciones cognitivas o del comportamiento, insomnio, antojos, sensibilidad mamaria, dolor articular o muscular, mareos o palpitaciones
Fase menstrual
La fase menstrual coincide con los primeros días del ciclo menstrual y se caracteriza por el sangrado vaginal. La menstruación es la expulsión del endometrio junto con sangre y restos celulares. La duración media de la menstruación es de 5 días, pero puede variar entre 3 y 7 días. La cantidad de sangre perdida suele oscilar entre 15 y 75 ml.
Conclusion
El ciclo menstrual es un proceso natural que ocurre en el cuerpo de la mujer cada mes y que implica una serie de cambios hormonales y fisiológicos. El ciclo menstrual se divide en cuatro fases: folicular, ovulatoria, lútea y menstrual. Cada fase se caracteriza por unos niveles diferentes de hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona) que regulan el desarrollo de los óvulos y el engrosamiento del endometrio. El ciclo menstrual también puede provocar una serie de síntomas físicos y emocionales en las mujeres, que pueden variar en intensidad y frecuencia según cada caso. Estos síntomas suelen ser leves o moderados y no afectan a la calidad de vida de la mujer. Sin embargo, en algunos casos pueden ser más severos y causar un trastorno llamado síndrome premenstrual (SPM), que requiere una atención médica especializada.